miércoles, 13 de noviembre de 2013

TRAS LA LÍNEA DEL DIVORCIO

Tras mi última publicación “Un amor entre dos mundos”, en la que aporto una experiencia personal acerca del “Divorcio, quería dedicar una entrada tratando el mismo tema desde una visión más general. La razón por esta decisión es que hoy al dirigirme hacia Víctor hemos mantenido una conversación en la que tratábamos mi última publicación. Víctor me ha animado a que fuera más allá de la propia experiencia personal y abordara el tema del divorcio con el objetivo de ver si realmente tenía unos efectos sobre los hijos, es decir, si influía en su comportamiento. Pues bien, llegados a este punto me he interesado por lo planteado y he decidido buscar estudios, análisis o publicaciones que realmente si mencionan el gran efecto que el divorcio tiene sobre los hijos. Algunos de los estudios en los que me he documentado son los siguientes; Carmen Magno M. “Consecuencias psicopatológicas del divorcio en los hijos” (Cap 5), Carolina G (1998) “Efectos psicosociales del divorcio en los hijos” (Conferencia dictada en la facultad de psicología) y Ángel Alberto V., Ernesto Alonso C., Maricela Urías M. y Beatriz Guadalupe I. (2011) “Efectos del divorcio de los padres en el desempeño académico y la conducta de los hijos” Enseñanza e investigación en psicología (pp 295-308). Gracias a estos datos he llegado a unas conclusiones que, en mi caso, ya conocía.

La gran cantidad de artículos ofrecen un sinfín de efectos sobre los hijos. Claro está que las reacciones de los hijos tras la separación o divorcio están estrechamente vinculadas a la intensidad del conflicto previo, al contexto socioeconómico y cultural de la familia, al modo en que cada padre cumple su función educadora y a otras variables asociadas a la situación pre y post-divorcio. Realmente no todos los hijos llegan a manifestar una causa-efecto, pero si es verdad que presentan una mayor probabilidad de sufrir decadencias o cambios de actitud repentinos. Como ya menciono antes, todos estos aspectos y alteraciones atienden al contexto y a la persona, aunque hay un aspecto que me ha llamado la atención debido a que no presenta divergencias, según dice en el artículo “En lo que sí hay un acuerdo general es que ningún niño percibe el divorcio como una segunda oportunidad en su vida, sino como un fracaso en la relación de sus padres”. Es algo que nunca me había planteado pero si comparto. Los niños suelen estar acomodados en su entorno diario, por eso cuando esta rutina se ve alterada ellos perciben que algo no va bien, saben con el tiempo que esta alteración se debe principalmente al fracaso en la relación de sus padres, o por lo menos así es como se entiende en la sociedad. Es muy difícil afrontar una separación como una segunda oportunidad, no se le puede pedir a un niño de 8-12 años que alegre la cara tras el divorcio de sus padres diciéndole que a partir de ahora tendrá la oportunidad de crear un nuevo entorno. Las personas tenemos sentimientos, y cuando somos niños a veces, por no decir la mayoría de las ocasiones, somos incapaces de controlar estas emociones.

En cuanto a lo referido en el tema de la educación, muchas investigaciones comparten el gran efecto del divorcio. El funcionamiento o rendimiento intelectual desciende en los niños de familias separadas, especialmente en el periodo del proceso de separación e inmediatamente posterior al mismo, independientemente de la edad de los sujetos, pero acentuándose esta diferencia entre los 8 a 11 años. Destacar que los hijos de padres divorciados no manifiestan más problemas de conducta que los de aquellos de padres casados, pero si presentan un mayor índice de probabilidad de sufrir dicho efecto. Hay que remarcar que la mayor influencia la encontramos en las edades comprendidas entre 8-14 años. En las edades anteriores la reacción del niño suele ser el sentimiento de culpa. Incluso se habla de un rechazo hacia el padre debido a su ausencia. Me sorprende que se hable tanto de esta ausencia, prácticamente todos los artículos comparten que la custodia suela tenerla la madre “La mayor parte de los hijos de padres divorciados vive con la madre”, y que el padre tenga un papel ausente “Los Padres no custodios tienen poca relación con los hijos”. El niño en estas edades tempranas realiza una idealización del padre ausente o bien un rechazo total, hasta negarse a verle.
En cuanto a la etapa de la adolescencia quizás sea donde hallemos los máximos extremos. Podemos encontrar el extremo de la rebelión, haciendo referencia a alcohol, drogas, bajo rendimiento académico, o el extremo más sumiso, que atiende al miedo a volver a ser abandonado, a la vergüenza de reconocer el divorcio, a sentirse culpable, etc.

En conclusión, no sabemos hasta que punto pueda llegar a influir un divorcio, solo sabemos que pocos salen reforzados de esta situación y que el sentimiento de haber sido abandonados, o de haber sufrido una herida les dura toda la vida.


Saludos. Como siempre un placer 



7 comentarios:

  1. Gracias por los artículos y tu opinión, muy interesante. Mi opinión es que por muchos artículos y estudios que puedan haber, según la situación, la vivencia, el comportamiento de los padres, etc.. lleva que la reacción del niño siempre sea totalmente diferente. Con lo que si que estoy totalmente de acuerdo es que con esas edades el divorcio es imposible verlo como una segunda oportunidad para ellos en la vida, solo observamos y lo vivimos como un fracaso.

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  2. De res Josep. Aprecie molt els teus comentaris i m'identifique molt amb tu. Tampoc vaig a centrar sempre les meues publicacions amb la separació, però pense que és un tema molt influent i on es pot traure molta matèria. Un abraç i espere seguint aportant coneixement.

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  3. Gran post Andreu. Pienso que es una temática dura pero muy interesante y he de decir que coincido con Josep. Puede existir muchos artículos que hablen sobre el divorcio y las separaciones y que analicen cómo afecta a los hijos pero que, como de verdad se vive es, por desgracia, encontrándose en esa situación. Ahí es donde realmente se siente (cada persona/niño/a a su manera) y se experimenta las muchas sensaciones y comportamientos que pueden aparecer.

    Enlazándolo con mi caso, te puedo contar que tu lectura me ha recordado a un chico con el que trabajo en mi grupo. Es un niño que ha sufrido una separación con violencia de género y es increíble el cambio que ha pegado en apenas un año. De pasar a ser un chico amable y tranquilo a ser un caso perdido, problemas con los compañeros, mal genio, actitud pasota y arrogante... encerrándose en un su cáscara y haciendo ver que no le importa nada pero que en realidad está llorando por dentro.
    Es una forma más de cómo puede o no afectar una separación, no siempre va a ser así, está claro. Solo quería aportar una experiencia personal.

    De paso, felicitarte! pienso que haces unas entradas muy trabajadas y con mucho sentido... y sobretodo muy RICAS!

    Enhorabuena y un saludo!!

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  4. Si os digo la verdad pienso igual que los dos. En una entrada ya publique mi experiencia personal y esta vez quería enfocarlo desde una visión mas "objetiva" y general. Como vosotros comentáis cada persona/niño/a es un mundo y puede reaccionar de un modo diferente. El caso que tu comentas es una de las reacciones que puede surgir en este tipo de situaciones, te agradezco que lo compartas, un ejemplo.
    Gracias Javier por tus halagos en el comentario, y mas aún viniendo de una persona que cuenta con una gran experiecia en el mundo de la educación. Cuando descubrí realmente a que de dedicabas me quede sorprendido y a la vez fascinado, creo que haces una gran labor y eso te hace mas grande como persona. Tus aportaciones en el grupo que tienes son muy bonitas y me gustaría que nos fueras aportando mas cosas relacionadas con el entorno. Muchas gracias, gran labor, pero sobre todo, gran persona. Saludos

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  5. Dos reflxiones. La primera: ¿hasta qué punto los adeucadores pueden hacerse cargo de las crisis de su alumado y de su entorno? Encontrar lo límites es complejo. La segunda, más personal. Lo esencia, ya sea en pareja o por separado, es que la relaicón se base en el amor. El amor es lo único de lo que no puede prescindir el niño o el adolencente. En el caso del adolencente, lo que ocurre es que el empieza a pesar más el amor al grupo y del grupo. Si los padres, juntos o separados, son capaces de amar, tendrá más posibilidades de compensar y reorientar los posibles efectos negativos de esa aventura que es conocerse a uno mismo.
    Gracias por ayudar a reflexionar!!

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Me gustan mucho las reflexiones que planteas Víctor. A la primera te responderé que un educador puede tener un papel muy fundamental en la vida de un alumno, claro, siempre que este quiera ser ayudado. En cuanto a la segunda reflexión creo que has sabido enfocar correctamente como se debe regir el amor de un niño con padres separados. En mi reflexión "Un amor entre dos mundos" yo hablo de dos mundos paralelos, en las que el niño debe de ser querido por las dos partes. Tu planteas que los padres deben de saber compensar ese amor distanciado, y creo que es la clave de esa situación. Muchas gracias por las las reflexiones Víctor, me ayudan mucho. Saludos

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