domingo, 17 de noviembre de 2013

SER DIFERENTE, COMO ESTILO DE VIDA


¿Qué es ser diferente? ¿Te consideras diferente a los demás? ¿Cómo sabemos quién es diferente? ¿Esto repercute en la vida diaria? ¿Puede influir en la forma de ser? ¿Se puede actuar en contra de la voluntad para agradar más? ¿Por qué es tan importante la imagen? ¿Apreciamos a las personas por lo que son y no por lo que aparentan? ¿Qué sentido tiene calificar a alguien si no lo conoces? ¿Realmente nos hace sentir mejor, sentirnos poderosos? ¿Imagináis un mundo en el que todos fuéramos iguales y la imagen no sirviera para nada? ¿Realmente seríamos más felices?

El ser humano cuenta a su disposición con mecanismos fisiológicos (Los sentidos) que le permiten percibir lo que tiene a su alrededor. De todos estos mecanismos, uno al que damos mayor importancia es el de la vista. Desafortunadamente no todas las personas cuentan con el favor de este órgano. Del mismo modo, sucede con los sentidos restantes. Nuestro día a día se rige por infinidad de sensaciones que percibimos mediante estos. Pequeñas sensaciones que permiten que el ser humano tenga, por así decir, un mejor “sabor de la vida”.

En lo referente a la etapa estudiantil puedo garantizar de primera mano que los sentidos cobran una gran importancia, y es que la mayoría de los jóvenes de hoy en día no tienen otra preocupación que su apariencia. Como ya tuvimos el placer de leer en el libro “Mal de escuela”, Pennac ya habla del llamado “Niño cliente”, un ser cuya máxima prioridad es la de llevar un estilo de vida acorde con la moda. Como es lógico, y haciendo referencia a la minoría, no todo el mundo comparte esta idea, simplemente hay personas que deciden ser diferentes a lo normal. ¿Y que es lo normal? Se refiere a lo que es general o mayoritario.

Sin duda ser diferente ya te caracteriza en el entorno en el que estés, y ya no me refiero al hecho de vestir diferente, amplio mi limitación y voy más allá refiriéndome al término en sí. Todos podemos diferenciar en una clase al obeso, al delgado, al “zoquete”, la pija, la listilla, el deportista, el pardillo, la simpática, la vergonzosa, el payaso, el pesado, el infantil… Y parece que no tengamos suficiente con esta clasificación, además queremos ir más allá haciéndoselo ver constantemente con insultos, burlas, faltas de respeto, agresiones, etc. Dicho esto, como creéis que se pueden sentir estas personas? ¿Creéis que tienen derecho a sentirse afectados por la continua falta de respeto? Y llegados a este punto, puede influir en su vida diaria?  Me parece lamentable lo que a veces es capaz de hacer el ser humano, con esa actitud de poderío e intentando sentirse superior a los demás, no se dan cuenta del daño que pueden llegar a someter sobre una persona. Este daño psicológico, y en ocasiones físico,  ha llegado hasta tal extremo que ya se conoce un término en inglés que hace referencia a la falta de respeto sobre una persona, se conoce como bullying. No es de extrañar que tras esta infinidad de acosos, más aún a nivel escolar, se escondan un gran número de suicidios.
Obviamente no todo el mundo acaba por suicidarse, pero esas experiencias probablemente queden marcadas para el resto de su vida. ¿Qué si puede influir? Muchos adolescentes se ven influidos por esta falta de respeto, una falta que en ocasiones les inhibe por completo, les destroza por dentro, están pero no están. Esta gente, con un futuro perfectamente prometedor, se ve influenciada por unas personas que han decidido destrozar la vida de otra persona, llevando a cabo su mayor crimen “matar sin llegar a matar”

Es curioso pensar que después de todo este tiempo y habiendo escuchado infinidad de casos acerca del "bullying", sin dejar de mencionar las múltiples consecuencias que esta conlleva, continuemos observando como una parte de la sociedad sigue haciendo uso de él. A todas estas personas les digo que no solo han destrozado a un simple niño/adolescente, también han destrozado a una familia, a una generación, y sobre todo, a un entorno. Un entorno que es protagonista del daño que sufre su conocido, porque lo sienten, lo viven y lo empatizan.

Saludos. Como cada entrada un placer compartir este “saber” con vosotros. Aquí os dejo un vídeo donde se muestra esa diversidad de la que hablo. Gracias



1 comentario:

  1. Todos somos diferentes e iguales a algo. DE hecho, el contraste y la asimilación son dos procesos básicos en la construcción de la identidad. Decimos quiénes somos porque somos como otros (yo soy el Otro) o distintos a otros (yo no soy el Otro). El problema es que es fácil pasar de no identificarse con el Otro, de verlo distinto, a verlo peor, y de ahí a despreciarle, y de ahí a negarle su derecho a ser. Es decir, el que es distinto pasa a ser el que no debe ser. Y negarle al Otro ese derecho a ser me hace ser a mi más yo. Esa es la base de todos los totalitarismos. Y el bullying no deja de ser un totalitarismo, solo que una escala escolar. De ahí l aimportanicia de educacar (y de celebrar!) la diversidad, que es lo que vienes a decir. Lo que me hace distinto me hace ser más yo. Y por eso el Otro, que es distinto a mi, también soy yo.

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