NAVIDADES NOCIVAS
Con
la llegada de la navidad una inmensa marea de anuncios ha inundado nuestra
televisión. El propósito principal, sin duda, es aprovechar esta época del año
para hacernos olvidar los problemas y transmitirnos felicidad mediante la
compra de productos. Es quizás ese “espíritu navideño” el que en ocasiones nos
impide observar esa parte “subliminal” o “real” que hay detrás de la mayoría de
anuncios. Nos transmiten armonía, felicidad, lujo, familiaridad, e intentan
huir de impresiones como despilfarro, prodigalidad, exceso tecnológico o
materialismo.
Si
atendemos a su origen es curiosa la transformación que ha recibido la Navidad durante todos
estos años. En su origen principal, relacionado con la religión, ya
encontramos en la traducción de
“Christmas” que su significado es misa (mass) de Cristo (Christ), haciéndonos
ver el gran valor de Jesucristo en la navidad y
marcando como fecha, 25 de Diciembre, el nacimiento de Jesús. Esta
fiesta de carácter religioso se fue mezclando poco a poco con la idea de familiaridad
que conocemos hoy en día. Es desde el siglo XIX cuando la navidad adquiere el
ambiente que compartimos en la actualidad, pues en ese siglo se popularizó la costumbre del intercambio de regalos; se creó a Santa Claus y regalar tarjetas de Navidad. Costumbres que con el tiempo la mercadotecnia aprovecharía para expandir la Navidad por el mundo dándole un carácter distinto al religioso, y con temas poco o nada tienen que ver con la tradicional celebración navideña. La navidad es
celebrada por todo el mundo, cada uno haciendo mención a su propio origen o
como simple motivo de convivencia social o familiar.
Este
aprovechamiento de los grandes multinacionales, además de producir un gran
estallido en la economía mundial y una inmensa repercusión en la sociedad, ha
supuesto un gran cambio conceptual en el ser humano. La navidad se ha
convertido en una excusa perfecta para la adquisición de caprichos, que llevado
al extremo máximo han desembocado en un termino al cual he acuñado “Navidades
nocivas”.
Con
la reflexión no muestro un sentimiento reacio hacia la navidad, creo que es
bonito mantener la ilusión y realizar regalos que simbolicen gratitud, agrado o
felicidad. Deberíamos de huir de la idea de compras excesivas, avance
tecnológico, materialismo, y no olvidar uno de los motivos que debería primar
por encima de todos, la unión familiar. El estar rodeado de la familia,
sentirse querido, el contar con gente que te apoya, creo que es un motivo
suficiente como para alegrarse en la navidad, y no es justo que antepongamos lo
material a lo verdaderamente real, el amor y felicidad recibido por los
nuestros.
Me gustaría dejaros un vídeo donde se muestra un
anuncio de la campaña navideña de 2013. Hace varios meses realizamos en la
“Comunidad EDMOV” unas publicaciones haciendo referencia a una de las entradas
de Víctor “Alone Together”, donde se habla hasta que punto puede afectar la
tecnología en nuestra sociedad. Siempre he sido consciente del daño que puede
hacer la tecnología en nuestra sociedad, aunque también he de admitir que no me
puedo oponer por completo a ella. El anuncio que os quiero mostrar es un gran
ejemplo de marketing para la venta de un teléfono móvil. Nunca
he prestado especial interés hacia estos anuncios que transmiten “deseos de compra”, pero por primera vez he
percibido un sentimiento agradable que me ha llenado de ese “espíritu navideño”, impidiéndome ver esa parte subliminal o real del propio anuncio. Quizás esa
forma de jugar con el papel de la familia es el que actúa de puente entre el
anuncio y mi deseo.
Totalmente de acuerdo contigo, Andreu. Creo que a las grandes empresas multinacionales y a todas las jugueterías del mundo, se les iluminan los ojos al llegar a estas fechas del año aprovechándose de la idea que tiene la sociedad de Navidad = miles de regalos. Creo que no debería ser así, porque convertimos algo que realmente es precioso en materialista. No me opongo para nada a la navidad, al contrario, he de decir que me encanta reunirme con la familia en casa de mis abuelos, hablar de nosotros, reírnos, cantar villancicos durante horas, hacernos fotos de familia, aprovechar esos días que nos llenan irremediablemente de paz, amor y felicidad. En cuanto al anuncio, creo que es un buen anuncio disfrazado porque el niño estaba grabando en todo momento los momentos emotivos en familia cuando parecía que no estaba haciendo ni caso a sus abuelos, padres, tíos, hermanos etc. Una entrada muy interesante la verdad! :)
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